R

¿Por qué diablos me pasa esto a mí? Creo que todas nos hemos hecho esta pregunta en algún momento de nuestras vidas. ¿Por qué yo? Yo, siendo una romántica y enamorada empedernida. ¿Por qué, Dios mío, pones en mi camino esta clase de hombres?
R, eres mi siguiente vicio, mi nueva obsesión. Un hombre mayor que yo, con más experiencia en la vida (en todos los sentidos). Eres guapo, eres interesante, eres trabajador, de buena familia, eres popular, eres alegre... eres soberbio, eres arrogante, eres un bully, altanero, creído, presumido, prepotente... y me gustas. Me gustas mucho. No sé si lo que quiero contigo es para siempre, pero estoy segura que te quiero conmigo cada día en el presente. Te quiero conmigo hoy. Quizás mañana también. Pero te quiero hoy. Te quiero conmigo hoy.
Algo que siempre he dicho es que entre más rápida y más alta la subida, más rápida y más dolorosa la caída. No empezó todo tan rápido como con F, pero sí fue algo rápido. Me subiste alto, muy alto, y ahora que va para abajo no sé cómo comportarme. Claro que he aprendido con mis antiguas situaciones, pero todavía sigo sin saber cómo comportarme. Sé que no debo hablarte si no me hablas tú primero. Pero me tienes embobada viendo la pantalla de mi iPhone todo el día. Esperando tu "wep" "que show". Así, sin acento. Me tiene loca tu mala ortografía. Me tienes loca tú. Y todo iba bien. Sé que no debo culparme, pero no puedo evitarlo. ¿Qué hice mal? Quisiera que me lo dijeras para no volver a cometer este error con el próximo hombre. Porque ya me cansé de jugar. Ya me cansé de enamorarme. Ya. Quiero que el próximo hombre sea el indicado, el final, el definitivo, el verdadero amor de mi vida. Entonces, ¿qué hice mal? ¿Por qué dejaste de llamarme a diario como lo hacías? ¿Por qué dejaste de invitarme a salir? Yo que pensaba que no eras de esa clase de hombres que solo consiguen lo que quieren (if you know what I mean) y se van con la que sigue. Siempre pienso lo mejor de la gente. Siempre quiero ver solo el lado amable, el lado bueno. Siempre trato de encontrarles aquella luz que nadie más puede ver. Y tú tienes luz, R. Mucha luz, y quiero merecerme esa luz y ser la causa de que brilles cada vez más.
Así que por favor háblame, conóceme, tómame, abrázame, tenme contigo y no me dejes ir hasta que estés seguro que no soy la indicada. Creo firmemente que puedo serlo, solo es cuestión de que nos des una oportunidad.

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