Antes solía pensar que estaba sola en este mundo. Que por más amigos que tuviera, más regalos que me dieran, más cosas ricas que comiera, más abrazos, más besos, más caricias, sonrisas y saludos, me iba a seguir sintiendo vacía. Nada era suficiente. Pensaba que debía ser perfecta en todo sentido y que debía complacer a todos y cada uno de los que estaban a mi alrededor. Llegué a pensar que mi vida no tenía sentido, que yo no la manejaba, que todos me manipulaban, me usaban y me hacían y deshacían a su predilección. Hubo un punto en que me odié a mi misma, me veía al espejo me daba asco, me sentía inferior. Todos los días pretendía estar feliz, fingía mis emociones y dibujaba falsas sonrisas en mi cara. Pocas, muy pocas personas llegaron a conocerme tal como era. Muy pocas personas vieron lo que había dentro de mí.. Los que me "conocían" decían: Mira, Ma.Antonieta, que linda niña ¿no?, que inteligente, que responsable, que cortés, amable y educada. But they didn't know what i'd been through.
Así fue mi vida hasta que fui a un grupo de jóvenes. La primera vez que fui pensé, "todos aquí están locos", me sentí totalmente fuera de lugar. No volví a ir hasta dentro de un año y medio - dos aproximádamente. Mi segunda vez fue diferente, me sentí aceptada, querida.. pero algo hacía falta y aun seguía pensando que en ese lugar a todos les faltaba un tornillo. Seguí llendo a ver si algo lograba entrar en mí y cambiara mi vida. Y así pasó. Pasó que porfin le hallé sentido a mi vida. Aprendí a valorar, apreciar y amar todas las cosas buenas en mi vida. Descubrí que cada aspecto de mi vida es perfecto, no puedo pedir más. Amo a mi familia más que nunca, y le agradezco a Dios por ella, es la mejor familia del mundo. Amo a mi novio con todo el corazón, lo amo y agradezco que sea parte de mi vida. Ahora no me importa tener amigos, los que tengo los amo. Me amo a mí misma. Ahora mi vida la manejo YO, pero está en manos de Dios.
Gracias Dios, gracias Jesús por mostrarme el buen camino. Gracias por guiar mis pasos. Gracias por darme todo lo que tengo. Gracias porque cuando pienso que nada podría ir mejor, me sorprendes con MÁS. Gracias por mi familia, por mi casa, por mi novio, por mis amigos, por mi educación, por mi vida. Gracias Señor por haber salvado mi vida. Gracias por ser como eres. Gracias por bendecirme y cuidarme. GRACIAS.
